Mi historia es breve pero importante, hablo por todos los gatos que debemos sortear cada día en espera de alguien que se apiade de nosotros, de alguien que voltee a vernos o, simplemente, esperamos sobrevivir.
Yo tenía apenas unos meses de nacida, sentía frío, mucho frío, llovía intensamente, no recuerdo bien de dónde venía ni qué había pasado con mi madre o mis hermanos, si es que tuve; creo que desde entonces me la paso temblando.
Sentía un poco de dolor en una parte de mi cuerpo, entonces comencé a pedir ayuda, yo estaba escondida entre unos arbustos pero escuché pasar a unas personas, sabía que era mi oportunidad para que voltearan a verme y ayudarme.
Una señorita muy amable me escuchó, intentó encontrarme pero no fue fácil, yo seguía bajo la lluvia escondida en el arbusto y, sí, maullando. Escuché cómo se alejaba, creí que tendría que pasar toda la noche o más tiempo en ese lugar. De repente vi una luz apuntando hacia mí; era ella, había regresado por mí, llegó con otra persona y entre los dos me sacaron, me sostuvieron fuerte y me llevaron a otro lugar.
El cuerpo aun me dolía pero no entendía bien porqué. Me llevaron a una casa, todo se sentía cálido, me dieron comida, agua, hasta una cobijita; aun recuerdo a esos jóvenes que me rescataron, hasta me dieron un sillón para dormir, pero yo sentía mucho miedo, creía que todos querían hacerme daño. Así que opté por esconderme abajo del sillón y no salir de ahí.
Al siguiente día llamaron a otra persona, alguien que podía tenerme en su casa mientras me adoptaban, eso tampoco lo podía entender bien. Hasta me pusieron un nombre, el mismo que tengo hasta ahorita: Grace. La verdad me gusta mucho mi nombre.
Cuando llegué con la otra persona no sabía qué hacer, había más gatos, así que corrí a esconderme, pero poco a poco fui tomando confianza.
Al siguiente día me llevaron al doctor de gatitos, la doctora Janette dijo que mi cola estaba fracturada y por eso me dolía el cuerpo y la columna, pero que no requería cirugía, me dio unos medicamentos y la verdad es que todo mejoró. Desde entonces vivo con mi colita de gancho y la punta redonda.
Intentaron ponerme en adopción, varias personas preguntaban por mí, pero cuando iban a verme yo me asustaba y ellos se iban, no querían un gato miedoso. A veces sentía que no me comprendían. Mi anfitriona se preguntaba por qué la gente me rechazaba, hasta alguna vez la vi llorar a mi lado; esa fue la primera vez que me recargué en sus piernas. Creo que en ese momento nos dimos cuenta que éramos la una para la otra, en ese momento supe que mi lugar era junto a ella.
Y así lo decidió, me abrazó y dijo: nadie te va a querer ni a entender como yo, serás mi gatita hermosa desde ahora.
Soy Grace, aunque a veces me dicen Graciela o Gracie Lou, tengo 8 años actualmente, tengo 3 hermanos gatos y 2 perros; vivo en un hogar, un verdadero hogar. A veces tiemblo y tengo miedo, entonces me acurruco junto a mi humana y sé que todo estará bien.
Deseo que más gatitos puedan encontrar un lugar al que pertenezcan como yo.
#MiércolesDeHistoriasBonitas #BienestarAnimalPuebla