¿Se acuerdan de mí? Soy Koshka el Gatito, ya platiqué mi historia y agradezco todos los bonitos comentarios que recibí de su parte, pero prometí contar también la de mis hermanitos.
Esta vez contaré la historia de Yolotzin:
Un día, mi mami vio un bulto en la tierra, al lado del banco, se acercó y vio a un perrito, no lo quiso dejar ahí, se veía tan desolado, al levantarlo era como una plumita, no pesaba nada, lo envolvió con su chamarra del gimnasio.
Lo subió al auto, lo llevó a casa, comió poquito y lo llevaron a rapar, mi mami lloraba al ver el estado en que se encontraba. Tenía sarna y estaba muy flaquito y muy triste.
Lo llevó con el doctor Jacobo, el mismo con quien me llevó cuando me rescató, inmediatamente se empezó a notar el cambio, Yolito era bueno y demasiado noble.
Ya que estuvo sanito se lo llevó la mamá a que le cortaran sus winis, o sea, lo esterilizaron, como a mí.
Un día, mi mamá leyó una publicación de una chica que quería adoptar un perrito, subió la foto de Yolito y otras personas buenas la vieron, se enamoraron de él, vinieron desde la salida a Cuernavaca a conocerlo, mi mami se los puso como prueba para ver su interés.
Cuando vino la chica a la casa, Yolito inmediatamente se sentó a su lado, mi mamá dijo “Yolito te pertenece”. Ahora viven felices y nos mandan fotos y videos.
Originalmente se llamaría Santino, pero un perrito tan bueno sólo se podía llamar Yolotzin, que significa “Corazoncito” en Náhuatl.
Debo agregar que los amigos de mi mami cooperaron con los dineros para todo su tratamiento, gracias chicos por no dejarnos solos.
Ustedes también pueden cambiar la vida de un perrito, un gatito o cualquier animalito que necesite su ayuda. También sean salvadores como mi mami. Soy Koshka, síganme en mi Twitter @KoshkaElGatito.
#MiércolesDeHistoriasBonitas #SumandoHacemosMás #BienestarAnimalPuebla