Hachikō nació en noviembre de 1923 en Odate, al norte de Japón. A los dos meses de edad fue encontrado y adoptado por el profesor Eisaburo Ueno.
Todos los días, Hachikō acompañaba al profesor a la estación del tren cuando iba a dar clases a la Universidad de Tokio y lo esperaba por la tarde cuando regresaba a casa. Esa rutina, que llamaba la atención de toda la gente que vivía o trabajaba cerca, continuó hasta el 21 de mayo de 1925, cuando el profesor Ueno sufrió un ataque cardíaco que acabó con su vida y no pudo regresar a casa.
Desde entonces “Hachi”, esperaba estoicamente el regreso de su amo y mejor amigo que jamás sucedió, las personas cercanas cuidaban, alimentaban y consentían al perrito que apodaron Chūken Hachikō, “El Perro Fiel Hachikō”.
Para 1934, los habitantes de Shibuya contrataron un escultor japonés para crear una escultura del perro raza Akita, el propio Hachikō estuvo presente en la inauguración.
El 9 de marzo de 1935, Hachikō fue hallado sin vida frente a la estación de tren de Shibuya y a los pies de su propia estatua. Al lado de la tumba del profesor Ueno, se construyó un monolito con el nombre del perro fiel que esperó el regreso de su amo por 10 años.
La historia de Hachikō transcendió fronteras, inspiró muchas historias, a mucha gente y llegó al cine, por primera vez, en 1987 bajo el título “Hachikō Monogatari“, luego, en 2009, Richard Gere protagonizó la versión estadounidense que tuvo mucho éxito.
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