Según la ONU, cada minuto se compran un millón de botellas de plástico y cada año se consumen 500,000 millones de bolsas. Casi 8 millones de toneladas de plástico acaban en los océanos cada año, amenazando a la vida marina.

En Estados Unidos muchos supermercados han prohibido a los clientes llevar sus propias bolsas reutilizables, creyendo que de este modo evitan posibles contagios de COVID-19 y sólo permiten utilizar bolsas de plástico.

Sigue siendo preocupante la producción masiva de plásticos de un solo uso y la falta de sistemas de reciclaje. Ya que deshacerse de estos residuos implica una gran cantidad de energía y su incineración en los vertederos produce emisiones contaminantes. Además, muchos cubrebocas no se tiran al contenedor, se quedan abandonadas a la intemperie y acaban contaminando espacios naturales.

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